MÁS ALLÁ DE MÍ
Amanece.
Despierto… Extrañas sensaciones
en mi mente y alma, henchidas de amor.
Parece que la lluvia ha quedado atrás,
y la primavera seguirá su curso.
Abro la ventana y absorbo
la energía sideral, que inunda mis pulmones.
En el manto grisáceo de mi adorado cielo,
asoman pequeños ojos de luz,
empecinados ya, en parir al sol.
En los techos y árboles, los gorriones matinales,
trinan, pían, conversan y se aman frente a mí.
Mis pensamientos atraviesan los límites del yo,
de la geografía impuesta, y limitante.
Y estoy con otras aves, otras flores, otros ríos.
Llego a otros cielos, subo montañas y bajo valles,
me siento frente al mar y espero…
En silencio van llegado… como la brisa.
Me acompañan y esperan.
Son otros rostros, otras miradas,
voces del alma, manos que se extienden,
brazos que me abrazan.
Llegan con sus pies cansados,
de andar y andar caminos diferentes.
Todo el espectro humano está junto a mí, y en mí.
Los hay felices y los que sufren, los claros y los oscuros,
almas limpias y las sufrientes, transcurriendo
el devenir, quizás sin saber a dónde ir.
Y yo observando, mirando.
Sufriendo y riendo con ellos,
y por ellos.
Mi ser, exigente y permisivo;
generoso y posesivo ; tan fuerte como débil.
Impetuoso y calmo; apasionado y tierno.
Ignorante y sabio.
Mujer plena en el ocaso de la vida.
Reina y esclava de mis pensamientos y sentimientos.
Un átomo caminando al infinito.
Cargando y dejando mi bagaje de ilusiones y dolores.
Confiando en el creador, omnipotente, omnisciente,
y tan presente.
Autor: Cristina Díaz