Etapa 3: Luz ilusiva
II
Me encuentro al fin abrazándote, musa mía.
Soy esclavo de lo que callo, me confeso.
Estoy no solo cautivo de tu recuerdo en mí,
sino por privarme de quererte en exceso.
Te aferras a mí sin importar presencia alguna
de quien codicie un querer tan lleno de vida.
Eres el agua que pide mi alma en su desierto;
eres la fuente de gozo y fruta prohibida.
Lloro mi tristeza pasiva gimiendo desde adentro
y me niego a amarte acorde a mis deseos apasionantes.
Estando entre mis brazos llena de júbilo te haces dueña
de todos los delirios de este enamorado agonizante.
\"Tengo el valor para gritártelo al cielo,
pero caigo preso al cegarme en tu mirada\"
repito siempre que te tengo en mis brazos
y de mí te creo fielmente enamorada.
Amando tu santa y pura inocencia,
te deseo en todos mis adentros.
Y me ahogo en miel por todas tus caricias
en nuestros embriagantes encuentros.
Reteniendo este sentir privado que naufraga en mis temores
sigo recitando la continuidad de todas mis acciones,
y censuro al fin la tinta gris que escribe los sinsabores
que opacan el brillo de todas mis realidades e ilusiones.