Las horas agonizan… un nuevo año se divisa… vidas en él viniendo... el tiempo está pariendo…
El tiempo está pariendo…
hoy y siempre… y sigue su curso…
y las huellas de un pasado se han dejado…
los minutos ya se avivan y se emocionan,
llegará un Nuevo Año, heredero de él,
puro y fresco dispuesto todo para mí
y como siempre y de manera inequívoca,
puntual y fiel en su llegar y partir.
Siempre tomado de las manos de Dios
traerá un manantial de oportunidades…
hoy, imposible es no sentir nostalgia…
por lo vivido y dejado de vivir en el que se va…
por los presentes ausentes…
por los ausentes en cuerpo y presentes en alma…
pero debo y quiero ser agradecida también,
por todo lo bello y vivido en él,
por todo lo aprendido en su tiempo de vida…
por mi salud durante sus 365 días,
por la familia que me dio
y, por la presencia de Dios.
Quiero agradecer también Nuevo Año,
por tu pronta llegada a mi vida
y una copa a tu salud levantaré…
quiero creer en ti porque en ti viviré…
viviré nuevas emociones compartidas,
en ti configuraré mis nuevos proyectos,
serás una nueva página en blanco
en donde reposará mi continuada historia,
conformada de sueños y vivencias…
en donde desde ya decreto:
“reinará la paz, el amor, la prosperidad”
con obstáculos, seguramente ellos no faltarán,
pero diré “Aquí estoy” con actitud firme
y siempre dispuesta a cada uno de ellos superar.
En este Nuevo Año,
hacer de cada día un momento especial es lo cierto,
recordar la magia de la Navidad en todo él, es el reto,
levantarme luego de caer, mi consigna, es preciso,
pasearme por sus avenidas y trincheras sin esquivos,
sonreírle a la vida en este nuevo año de vida
y vivir la oportunidad que él me brinda, yo lo decido.
No olvidaré jamás lo que viví
y lo que aprendí en el que está partiendo…
hoy despido uno que se va y
recibo uno que pariéndose está…
y en éste que está por llegar,
lo ofrezco por ti, por mí,
por el amor y por la paz de la humanidad.