Qué pena me da mis manos sin rumbo,
mis besos sin curso,
mis sueños si tu no estas aquí.
Mi alma sosiega navega sin vela
porque nota tu ausencia
muy dentro de mi.
He coloreado mis ojos morados,
el dolor azulado,
mis labios de pena y cautividad.
El sentir tu ausencia me ha aprisionado
con cerrojos de llanto
y soledad.
Regresa mi amada, mi vida rellena
con tu hermosa presencia
sin igual.
Genera un fuego que de pulso a mi
alma desesperada por verte
regresar.
Daniel Badillo