¡Dejad que los locos se acerquen a mi!
Y los enfermos
Y los inocentes
Corderos
Los que saben que la vida es un misterio.
No me traigáis eruditos
Ni maestros
Traedme gente joven
Comprometida con los cielos
Y los mares
Y las lágrimas en este desierto.
Gente abierta de mente
No mamotretos
Ni escrituras de leguleyos.
No me traigáis gamberros
Ni bandidos
Ni bandoleros.
Ni sacerdotes
Ni políticos
Ni carceleros.
Traedme pan del bueno
Con trigo
Candela
Y fuego.
Y dejad también que los niños vengan
Y los pobres de espíritu
Y los pecadores que abundan en este destierro.
Amaos los unos a los otros
Y no discriminéis.
Y no forniquéis
Como animales de encierro.
Dejad que vengan los basureros
A recoger la basura
Frente a vuestro puesto.
Dejad las flores en el florero
Y no me las hagáis oler
Que conozco vuestros secretos.
Aquí y en la hora de vuestra muerte
Amén.