Los hizo y rehízo a su antojo; uno era la lejanía, con sus frases hechas y sus gestos simulados; otro estaba oculto (aunque quizás sea él mismo) entre la actitud fingida de la remota laguna nocturna, con sus fabulas, sus peces y sus encantos; también hizo al tiempo inmóvil de la gracia y de la infancia, gélido en la calidez de lo imaginario... viviendo sus falsas utopías; por otra parte hizo al serio y al exiliado de la inventiva, al lánguido, al mordaz y al bromista, que con su satírica ironía a su vez invento al fausto y al infausto, al humilde y al soberbio.
Los organizo y archivo a todos ellos en los adentros de mi memoria, en carpetas con nombres, categorías y exactas conveniencias... pero yo... torpe secretario y pobre actor termine confundiendo todos los papeles y creyéndome cada uno de ellos. - yo, yo y mis otros yo... -
Junior R. Velazquez L.
24.12.2012