Hoy temo informarles que entramos en una espiral.
Espiral que gira y gira perdiéndonos en su centro.
Un remolino que nos ahoga en sus aguas,
centrípeta la fuerza que nos mantiene inmóviles.
Me aterra decirles que el horizonte se escapa,
lo espantamos de ideas desechadas y sucios pasos.
Hoy nuestras huellas son veneno, infértiles y pestilentes.
Marcamos una vida de sobras que quedan esparcidas por el bosque.
Cuando ya no se vea el cielo azul entenderemos,
cuando las paredes de este mundo sean botellas vacías.
Cuando el sol caliente de ira y nos queme poco a poco
y cuando la luna sea solo el recuerdo del amor nocturno.
¿Que mas hay que hacer, que mas hay que decir?
¿Acaso no entienden que esta habitación es pequeña?
solo cabemos tu, yo, y todos los demás, con su corazón lleno,
por eso, no dejes las bolsas de basura aquí, que estorban.
Cuando los pájaros vuelen muy lejos de nosotros,
cuando el agua se torne turbia de mentiras y disimulos,
cuando las plantas se sequen a nuestro alrededor,
y cuando ya no veas el amanecer llegar entenderás.
Conformistas desconformes por la insignificancia.
Desconformitas conformes con la noche vacía.
¿Cuándo entenderemos de que se trata la vida?
¿Cuándo limpiaremos debajo de la alfombra?
se trata de equilibrios…
Pero solo lo entenderemos, cuando ya no se vea el cielo azul…
Lemos Maximiliano Daniel.
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