Todas estas noches
me vienen vacías de sueños
y alejadas de orillas
en donde poder atracar
este barco enorme y ficticio,
azotado por el mar
de tu existencia y tu lejanía.
Sufriendo en este otoño invierno,
En esta sola isla
de sabrá que archipiélago;
solitario de días.
No hay cielo en mis ojos despiertos
solo sombras al cerrar las ventanas
y bullicio de algo siniestro.
Devolviéndote del pasado,
te escucho en el sonido mudo
de mis temblorosos nervios.
No es necesario pensarte
pues mis suplicas han volado tras de ti
a través de los tiempos…incluso
ya estando muerto.