Nunca el amor fue tan claro como ese día
El señor de al lado, miró por el balcón
Todos quedaron preocupados
Vieron al vecino volar sin los zapatos
Estaba seguramente loco de remate
En calzoncillos con esa lluvia
Otros vecinos corrieron a salvarlo
Temieron que cayera en alguna rama
El los ignoró y siguió revoloteando
Dio dos giros a la izquierda
Frenó de golpe, se fue hacia arriba
Dejo las manos quietas en su cintura
Y cayó de espaldas
Todos pensaron que había muerto
No señores, no fue nada
Era un sueño y en los sueños
Las palabras son de dulce
Las calles son plisadas
Y las caricias elevan la materia
Solo tienen que creerlo
El castigo es muy sencillo
Quien no sepa soñar
Quedará mirando desde abajo
Esa es la condena