Niña,vacía tu alcuza
y de jala centellar,
que por tu puerta cruza
la llama del olivar.
Charco de lava aspera
brota de tu salinar,
el goteo de tu cara
mi bombeo lo va a secar.
Da me tu frágil mano,
sola no puede quedar,
que de fósil en vano
la tengo que despojar.
Si tu me das tu pecho
en el mio siempre vas a estar,
que en tu camino estrecho
un tilo quiero plantar.
Peina tu zaino pelo,
no lo dejes de alisar,
yo te pondré romero;
al que sopla haré llamar.
Todo lleno de cardos
está tu hollado jardín,
deja solo los nardos,
perfume de mi latir.
Solitaria tu almohada,
luminaria voy a portar,
como luz de alborada
que al azul quiere atusár.
Te pondré bella alfombra
de trova de mi versar;
el canto de una alondra
siempre de rojo cantar.
Lo mio no es quererte,
no te vallas a asustar;
de un latido fuerte
sordas las olas del mar.