Arturo Insignares

Luz

En el parque de la vida
vivía satisfecho y conforme,
veía a la gente caminar,
reír, llorar, contemplar...
siempre silente los confortaba

Un día vi pasar una mujer,
morena esplendorosa,
de caminar feliz
y sonrisa llena de energía.
Mi interior se movió.

Se sentó en una banca 
frente mío leía concentrada,
no quería que terminara 
así que la guarde en mi mente.
Quería seguirla donde fuera.

Sacudí mi follaje,
desgarre mi corteza, 
tome una flor roja,
me senté en la banca
y esperé.

Mi corazón latia fuerte.
Su contorno se dibujo en el paisaje.
Extendí mi brazo, la flor sostenida,
supo quién era, me extendió el suyo.
Camine de su mano.

Nunca me soltare, pues vivo.