Siempre que miro el cielo veo tus ojos,
ojos que me observan en silencio.
Siempre que escucho el mar siento tu voz,
voz que me aconseja y me ama en susurros.
Los violines suenan en el viento, en la brisa,
tu perfume se siente en el amanecer de la noche.
Eres tan natural, que ya no existes, volaste lejos.
Eres casi irreal, te imagino y te invento en fantasías.
Cuando me siento solo recorro el bosque,
y me empapo de ti.
Los pájaro me cuentan tu vida
y yo me escurro entre tus besos.
Siempre que miro el agua me reflejo en tu sonrisa,
sonrisa transparente y pura que me tranquiliza.
Siempre que acaricio el cielo te siento desnuda,
con tanta belleza que mis ojos ciegos me engañan.
Cuando me siento solo te respiro,
te imagino, te acaricio y libero.
El viento me extraña y yo vuelo,
me pierdo y regreso, aquí, solo aquí.
Eres mi mundo, amor. Eso es lo que eres.
Lemos Maximiliano Daniel.
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