Cuando era niña ya sospechaba que los Santos Reyes no existían, pero me emocionabala idea de recibir juguetes, ya que ésta, era la única ocasión del año en que tenía alguno en mis manos, jugué con ellos hasta que se acabaron.
Siempre soñé con una muñeca muy grande, que caminara y con cabello largo para peinarla, sin embargo en toda mi niñez recibí tres muñecas de plástico rígidas de una sola pieza, semidesnudas y pelonas, también un pequeño refirigerador de metal, algunos dulces y un abrigo color naranja.
Aquel 6 de enero, creo que todos los niños nos levantamos muy temprano, temblando de frío y de emoción. Ese día en que llegaban los reyes escuchaba a mis hermanos decir con gran algarabía que habían escuchado ruidos en la azotea, que los Santos Reyes entraron por la puerta, otros decían que por la ventana, mi hermana mayor dijo que tal vez se hicierion chiquitos y entraron por el ojo de la cerradura, etc, etc, etc... Yo solo escuchaba y me decía para mí misma, eso no es verdad, es ridículo, es imposible, pero nunca me atreví a manifestarles mis sospechas ni mis conclusiones, o sería seriamente reprendida.
Cuando tenía 10 años, mi madre nos dijo que los Santos Reyes no existían, que eran los padres quienes compraban los juguetes, pero ese año no vendrían, porque mi padre no podría comprar regalos de reyes para nueve hijos; a pesar de sospechar, lloré mucho... La realidad era que yo no volvería a tener un juguete; deseé con toda mi alma que los Santos Reyes si existieran y les trajeran algo a mis hermanos y a mí, por supuesto. ¡¡Qué día más triste!!, me levanté temprano y recorrí toda la casa, busqué debajo de las camas, en la azotea, en el árbol de al lado de la casa y los esperé todo el día... los Santos Reyes nunca volvieron por mi casa...y nunca pude tener esa muñeca grandota… que camina y con cabello para peinarla...