Mi habitación está llena de olor a café...
café que me embriaga, que me anestesia
para no pensar en tí, para ayudarme a fingir
que no te extraño y mucho menos te necesito...
Pero a pesar de todo me siento tranquila...
Sé que todo lo está pasando no es culpa
de ninguno de los dos...pero me duele saberte
probablemente enamorado...
porque... Dios! ¡Cómo me hubiese gustado
ser alguien muy especial e importante para tí,
tan importante como ella...o tal vez hasta un poco más...!
Muy en el fondo hay una parte de mí
que no quiere resignarse a dejarte ir así como así,
que desea luchar por conseguir tu amor...
Que prefiere pensar que algún día te enamorarás de mí...
que podremos vivir esa relación soñada llena de esperanza,
confianza, amor y pasión...
que podré aprender tantas cosas de tí al tiempo que te doy
tantas cosas de mí...
Mi habitación huele a café...pero quisiera que oliera a tí...
Debo aceptar la realidad...mi realidad...nuestra realidad...
nuestra...? Eso quisiera...mejor dejo de imaginar...y sorbo
un trago de café...un trago de amargura...un trago de verdad...
El aroma del café inunda la habitación...
quisiera que inundara mi mente y ahogara a tu recuerdo...
Cómo cuesta confesar que tengo miedo de verte
porque una lágrima puede brotar...cómo cuesta confesar
que necesito verte para poder respirar...
La habitación sigue oliendo a café...pero a café endulzado con el
recuerdo de tus besos...