La bahía de Santa Lucia es un bello marco
para admirar tus ojos,
para besar tus labios, para tocar tu piel.
Ella, cual mudo testigo, cual luna de octubre,
discreta sonríe, al ver nuestro amor.
Y baña tu cuerpo, se mece en tus hombros,
te besas los pechos,…se agita de amor.
En torno a sus costas se teje un romance.
De luna, de playas, de brisa y de mar.
Tus ojos inmensos enmarca la noche,
tu desnudo cuerpo lo cubre la espuma,
y un rayo de luna refleja en tus uñas
todos los deseos de este inquieto mar.
© Armando Cano.