¡¿Y que puedo decir?!
Si, me pierdo en las mañanas,
y no me encuentro por las tardes...
¡¿Y que puedo decir?!
Si mi voz yace trémula,
y mis pupilas no disimulan tormentas...
Cual vino en su cava
absorbo un vertiginoso reloj,
Mientras la noche hilarante
me conduce a vesánicos pensamientos...