Marner

El cafè que tomo en horas desiertas.

                       

  Qué puedo decir,

si no entiendo nada de esto,

se  supone que el pasado queda atrás

sin embrago siempre es presente.

 

 Su belleza rompe mis estribos,

es la oración perfecta,

es el big bang

que  crea un universo.

 

 No hay hoyo negro que detenga

sus pasos, ni tormentas solares

que quemen sus ideas,

es más que una constelación.

 

 Más que un simple cielo

bañado de luces fugaces,

más que el tiempo

encerrado en distancia.

 

 Sus pensamientos son estruendos,

rayos que  quedan cimbrados

en montañas, àrboles,

rostros, cuerpos, mentes.

 

Es tan sólo lo que tiene

y más de lo que puede,

un golpe, un latido fuerte

a este corazón.

 

 Cuerpo rojo que palpita

en mi pecho, carne viva

que tiene entre sus manos,

apretado fuertemente.

 

 No suelta, no, no lo suelta,

y mantiene mis ideas despiertas,

porque también es el café

que tomo en horas desiertas.