Tengo un papá bueno
que siempre me abraza,
yo mucho lo quiero,
su presencia es grata.
Pero tengo otro malo
que a mí me maltrata
ya ni quiero mirarlo
metido en la casa.
Quiero mi papá bueno
no el de la otra clase
quiero que venga ligero
y que no se emborrache.
Cuando bebe alcohol
papá, otra persona es,
me da rabia y temor
y no sé qué hacer.
Alejandro J. Díaz Valero