Roberto Moran

Epitafio

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Suenan las campanas de la oscura catedral

La muerte ha visitado mi ciudad

Yo sobre la lapida fría, en la tumba donde descansan sueños

Donde descansan memorias que me dieron alegría

Y hoy me llenan de melancolía

De lágrimas acidas que hacen surcos en las mejillas

Mutilando mis ojos

Pues es mas doloroso cuando vez la muerte caminando a tu lado

Y pasan los días y no se termina de ir.

 

El reloj sigue avanzando, el tic tac no deja de sonar

Pero no llega nunca el final

A la maldición de morir cada día más

Solo estar cruzado de brazos esperando la sentencia

Esperando la ejecución

Que se lo llevara a dormir cantando la eterna canción

Que no es de amor, que no es de dolor

Mientras vaya caminando por los senderos que llegan a las murallas celestes

Que llevan a la puerta del misterio lejano.

 

No me asusta su muerte, me duele su vida

Su sufrimiento carnal, su deterioro corporal

Son cuchillas que se clavan en mi cuerpo

Que los cargo día y noche

Que por mas que lo intento no puedo dejar de preguntar

Donde esta Dios en estas situaciones.

Hoy levanto mi voz cansada

Hoy brota mi llanto guardado

Hoy maldigo al sistema

Hoy no creo en las reglas

Y mucho menos en promesas

Y la vida se va, sin poder detenerla

Y la muerte llega sin poder apresurarla.

 

Es un juego de azar, es un cálculo matemáticamente perfecto

Es la maldición del incrédulo

Es la perdición del culto

Es la mordaza del ciego, es el parche del mudo

 

Los vientos siguen soplando

Las campanas no callaran hasta el día del sepelio

Pero la lapida ya esta allí, y yo junto a ella

Buscando su epitafio.