"Hay miedo de estar piel con piel,/ de darle a nuestros cuerpos minutos de gloria./ Miedo por no saber qué papel/ vamos a cumplir en esa historia".
Tengo miedo de tantas ausencias, tanto vacío,
de no escuchar tu voz, tu respiración tampoco,
que comience a serme ajeno lo que es tan mío,
que lo que te supo a mucho, hoy te sepa a poco.
Miedo a que ese terreno que mi luz abarcaba
esté siendo invadido ahora por las sombras,
que ese sentir que sé bien que te emocionaba,
ya no llene tu alma cuando sola me nombras.
Miedo a que no estar ya se te haga costumbre,
a que dudes de lo que antes tú misma dabas fe,
que no puedas escapar ilesa de la podredumbre
de chismes que no causo, de historias que no sé.
Miedo a que la mentira avance en tu territorio
y que a la verdad cada vez le cueste más salir,
a las respuestas locas de un loco interrogatorio,
a que un amor con olor a vida, empiece a morir.
Miedo a que los sueños conmigo se te acaben
y a que mi extraña locura ya no te divierta,
que aseguren saber mucho los que nada saben
y que un “hasta luego” en un adiós se convierta.
Miedo de no saber variarte cada día el menú,
de saber que una mujer olvida y un hombre no
y que aquella mujer que ya me olvida seas tú...
y aquel hombre que la recuerda... sea yo.