Pedro Aros Castro
Dueños del sigilo
Aquí estoy, no me he ido
sentado ahí, en esa curva
en esa piedra del camino
recobro fuerzas, me curo heridas
para seguir recorriendo avenidas
abriendo, si es posible, rutas nuevas
husmeando parajes prohibidos
escondido entre matorrales
espiando al destino.
No me ves, pero estoy, te sospecho,
te veo pasar, a veces fatigado, fatigada
con máscara de distraido
con oscura certeza golpeando tu orilla
una sospecha que estremece tu vestido
un brillo en los ojos, portador de misterios
y una sensación de arcana cercanía.
Parezco, pareces distante
pero se, que nos mueve
el mismo impulso
el mismo anhelo
las mismas ganas de ganarle al destino
que aún conociendo limitaciones
navegamos cual dioses
dueños del sigilo
gigantes al acecho
cosmonautas ingravidos.
La sutileza es nuestra ventura
respiramos atmósfera gentiles
enamorados de inciertas utopías
que buscamos refugio y abrigo
en oscuras maravillas
tramas y locuras
innegables silencios
intencionales olvidos.
Claro que habito tu entorno
si miras te hago un guiño
y digo, aquí estoy, acá estamos
compañero,compañera mía