Me he autodefinido a entretener la noción,
el imaginarme que me has visto y te he agradado,
y el parrandear este corazón privadamente enamorado
ha sido más que sueños sino diversión.
Es mi pasatiempo el hablarte silenciado
por la fascinación de que te sientas a mi lado
y me besas el alma, aprisionas mis labios
hasta romper mi espejismo en mil pedazos.
He distraído mi realidad por soñar despierto,
porque el dictamen de mis deseos lo ha optado,
para amarte en las vías de mis pensamientos
sin que descubras que para ti es fingimiento.
He hecho símbolo el recrear un mundo ficticio
donde nos amamos más allá de lo físico,
donde no despierto para confrontar un escenario
en el cual refutes el fruto de mi desquicio.
Eres mí doncella y en las fibras de tu cuerpo
soy ese héroe que rescata tu vida,
ese erudito que deletrea la historia
de un amor invisible e incompleto.
La travesía de mis percepciones te ha abrazado,
en la antología de mi recorrida he descrito
los sutiles detalles de los que he vivido
provocado y confundido.
Imploro que nadie quebrante las alas
de esta comprometida fantasía
en la que nos seduce un edén fértil
y soy la semilla que en tu corazón se cultiva.
Daniel Badillo