Miré al cielo una noche de gasa fria
me pregunté, entre lágrimas y silencio
con el espectáculo infinito del espacio
si mi alma el amor suyo alcanzaría.
Las estrellas respondieron: es ostensible
que tu deseo, amigo, es imposible.
A la Luna que riela en el cielo por siempre
que llena de luz tenue y a su pesar mengua
le pregunté si algún día,yo, este hombre pobre
alcanzaría a beber su amor como el agua,
Que el afiebrado en su indecible
sed bebe. Me contestó: es imposible.
Una estrella fugaz cruzó el cielo de repente
Le pedí, con reverencia, un silente deseo:
Que este amor cese porque es hiriente
y que me ha convertido de sus ojos un reo
Su fugaz voz de luz admirable
Sopló a mi oído: es imposible.
Finalmente, pregunté al universo en calma
Si en él cabe un Dios, un todopoderoso ser
que podría trasmutar mi alma en otra alma
para dejar de amar y dejarla de querer.
El respondió: te dice aquel ser invisible:
que por siempre es imposible.