DI que no me quieres,
que nunca extrañarás
mi muerte.
Dime
que han sido mis palabras luces al vacío,
raíz sin filamentos.
Que es mi clamor tonto y premioso
y la lucha que sostengo
contra mí, contra mi sombra.
Sí que espero
una suerte marchita escondida en tu silencio,
un ademán funesto que se clava
y desvanece por completo.