Me tambaleé por las ramas quebradizas
Y los cielos en los cuales volaba, se dormían las historias.
De pronto toque suelo, y vi…su mirada, la cual se
detuvo como un frenar estrepitoso, llegando a ser
conquistas de tierras concedidas.
Quisiera rendirme como la suma de las aguas hacia los mares.
Sentarme por la madrugada y esperar hasta abrir
las zonas oscuras del mundo cuando se estira
el sol y despierte nuestros ojos laborables.
Quisiera entregarme en los caminos limpios,
a los cielos sin bruma, eludir las distancias padecidas,
rendirme ante sus ojos retirando la vista de la luna para vivir en la suya.
Humberto Velásquez Jiménez