Desde el instante en que se encontraron,
esos solitarios corazones anclados quedaron,
almas y cuerpos en este instante así entrelazados;
suavemente por el timón del amor son tripulados.
Ya subidos en esa poderosa embarcación,
son Èl y Ella su única tripulación,
es así como unidos y en perfecta conjunción;
el viento manipula el rumbo en un sola dirección.
Son seres que como uno solo hoy navegan,
mientras de sueños y esperanzas se anegan,
entre tormentas y marejadas sus temores sosiegan;
porque es tan fuerte el sentir que todo lo malo lo doblegan.
Entre vaivenes y murmullos las olas tiernamente los mecen,
arrullándolos con rítmicas melodías que los adormecen,
el deseo y la pasión entre algas y corales también permanecen:
enredados por que sienten que ellos ya por siempre se pertenecen.
Encallados en la arena esos cuerpos yacen desnudos,
atados con prensados e indesatables nudos,
que ni el mismo viento en su afán caprichudo;
en ningún instante levar esa ancla pudo .