Recuerdo aquel día en que te conocí,
Parecía ser un día casual,
Sin embargo, acceder a ese lugar,
Completamente mi vida tuvo dirección,
Estabas ahí... Tan débil, sensible y vulnerable,
Tus ojos se clavaron en mi alma,
No pude dejarte ir,
Nuestras miradas se cruzaron,
Mis latidos se aceleraron,
Me paralizaste,
Y quise tener junto a mí,
Tener esos hermosos ojos, grandes y brillosos,
Que me apresaron, provocaste una alteración en mí,
Un cambio al que le temí,
No obstante me hizo realmente feliz,
En tu mirada, triste y apagada, me había perdido,
Sabía que hacerte feliz yo debía,
Así que me acerque cautelosamente a ti,
Sin mirar a nuestro alrededor, me deje llevar,
Fui tuya desde ahí,
Aun recuerdo que paso al acercarme,
Pregunte que tenias,
Con lágrimas en los ojos respondiste nada,
Sabía que mentías,
Fueron tantas las palabras,
Pero mi único objetivo era que sonrieras,
Sin embargo mi deseo era que estuvieras bien,
Aun sin conocerte, Sentí ganas de abrazarte,
Muy profundas y ocultas,
Sentí mi piel erizarse,
Y mis mejillas sonrojarse,
Creí herirte al cuestionarte,
Así que escogí guardar silencio,
Y lograste decirme que tenias,
Al instante y sin preocuparme,
De esta manera conseguí hacerte sonreír,
Aquel instante jamás olvidare,
Tu mirada destellar, Y la sonrisa que observe...
Aurora Orozco