Te soñe...
y como cada noche
mi corazón se llenó de alegría,
tu eras feliz en mi compañía,
yo, siempre dichosa por ser tu alegría.
Tus palabras todas, siempre avasallantes
queriendo comerte al mundo entero que tienes delante,
y yo embelesada,
solo te decía, sigue, siempre triunfante
siempre vistoriosa.
Te soñe...
y en mi mente, a veces infantil,
te llenaba todo de cariño,
y tu respondías
dandome el amor
quem me nutre a mi.
Te soñé,
y tus manos,
me acariciaban,
con esa ternura que envuelve tu alma,
con esa pasión que me deja laxa.
Te soñé,
y soñando así, soy feliz.