No vayas hoy a casa,
quítale una noche a tu dueña
y regálamela a mi
que soy tu amante,
lo que los demás ven como vulgar,
sin saber, del respeto con el que he de tratarte.
No quites mis ropas,
no quitare tus ropas,
mas vísteme con tus abrazos
que la noche va a enfriar mas
por ser la única que dormirás conmigo.
No libraremos una contienda carnal mas,
mi cama hoy será nuestro escondite.
Tu pecho
será la almohada en que dormite
y mis oídos estarán atentos
cuando tu corazón medite
palpitando en un son de arrullo,
Déjame estar a lado tuyo,
sentirte mío aunque no lo seas,
aunque en la mañana con ella vuelvas.
En verdad la admiro
por tenerte siempre en su castillo
de princesa.
No te pediré nunca
que abandones el hogar
que ha mucho tiempo has construido,
como si tuviera algún derecho.
Enamorarme de ti era el riesgo
y aun así me lo tome.
Solo duerme conmigo.
Durmamos.
Quiero sentirte mío
y ya mañana cuando amanezca,
puedes regresar con tu paloma, al nido.