Para seducirte
quisiera lentamente
entregarme a tus delirios
carnales, aquellos que
con una infinita desesperación,
me introduzco para ser
la dueña de tus dominios
lujuriosos.
Para seducirte
me transformaría
en una mujer fatal,
capaz de hacerte el
amor de miles de maneras,
las cuales siempre con
locura pedirás vivirlas,
una y otra vez.
Para seducirte
haría hasta el más
profundo, eterno y
mágico hechizo,
para que siempre
en tus noches me desees
con bestiales ganas,
este cuerpo afrodíaco
y divino de mujer,
que es y será siempre
tuyo.
Para seducirte
te daría apasionada
y fervientemente,
mis besos más ardientes,
mis abrazos más cálidos
y fuertes, mis susurros
más osados y mi corazón
salvaje, que hoy con
intensidad late por
amor y pasión.
Para seducirte,
no existe ni exitirá
ningún límite,
que me impedirá
tenerte y hacerte mío,
porque tu bien sabes
mi amor, que yo
soy esa primordial necesidad,
y ese inevitable pecado,
el cual tú nunca podrás
escapar jamás,
sin que tus incontrolables
deseos te lo permiten.