Miro esa rueda plateada
que me hechiza en la noche.
La miro por mi ventana,
allí, sobre el horizonte.
Es tan extraña la luna,
llena, menguante, creciente,
tan dotada de hermosura,
tan romántica y ardiente…
Con su presencia me hipnotiza,
con su embrujo y también su magia,
y en la oscuridad de la noche,
llena mi corazón de nostalgia.
¡Qué poder el que tiene la luna!,
¡cómo ilumina el cielo estrellado!
Como una reina alumbra a su reino
y el amor a un corazón humano.