Aquél que hoy
te echa al olvido,
rompiendo promesas
en pedazos;
mostrando desdén
a tus ruegos,
negando el calor
de su abrazo.
El mismo que otrora,
se meciera candente
en tu cuerpo
ávido
y lánguido,
teniendo por
mudo testigo
las cuatro paredes
de un cuarto.
Aquél que hoy
te muestra desprecio...
Es el mismo que ayer
dijo: ¡Te amo!
BlancaLis