"Mientras se sienta que se ríe el alma, sin que los labios rían; mientras se llore, sin que el llanto acuda a nublar la pupila; mientras el corazón y la cabeza batallando prosigan, mientras haya esperanzas y recuerdos, ¡habrá poesía!"
Gustavo Adolfo Bécquer.
Si lograra en un verso contener la belleza
irradiada en ternura bajo un cielo estrellado.
O el aliento de luna de candor coronado
embarrado en dulzura cuando un niño bosteza.
Si pudiera palabras sujetar con destreza,
enlazando en sus letras un latido callado
dilatado poema con amor propulsado,
cada página en blanco tallaría en certeza.
Desde entonces la línea, un hilar de conciencia
cada letra en continua sucesión de esperanza;
gesta verso neonato en pujada impaciencia
cuando el alma desnuda sus sentires a ultranza.
Salpicando el lenguaje de gentil transparencia
forja el verso un sendero, transitado en bonanza.