Brillaba como ninguna la piedra en el río
Y quise tenerla por simple codicia
Cogida en mi mano sentí su caricia
Y el libre albedrío
Me llenó de albricias.
Llegué a mi choza y un sudor frío
Me hizo temblar ante esta primicia
A la luz de una vela tenue y subrepticia
Mis ojos vacíos
Mi piedra caliza.
¿Qué fue de tu brillo ? me dije a mi mismo
¿En donde quedó el fulgor de tu risa?
La piedra opaca con piel de ceniza
Me habló del abismo
De toda avaricia.
Bajé como un loco antes que el rocío
Cayera en la tierra haciendo justicia
A tanta cosa hermosa que muere en la prisa
Y lancé al río
Mi negra codicia.