El secreto.
No profundices en lo humano
de mi pensar y mi sentir,
porque mi amor es un arcano
que tu no debes traducir.
Fuiste en mi núbil
sueño repentino,
ansia de púdica emoción
fuiste la rosa, el espino,
en el jardín de mi ilusión.
Yo soy el día que se aleja
tú el lucero precursor,
tú la sonrisa yo la queja,
tú la alegría yo el dolor.
No insistas más en lo indiscreto
de tu incesante curiosear,
de donde vengo es un incierto
que siempre debes esperar.
No seré para ti puerto seguro
soy cual los barcos que llegan y se van,
mi vida es un averno muy obscuro
pero tus besos, la sonrisa me dan.
Ya que inútil es el empeño
de unir la noche al día,
deseo que un dulce sueño
enlace tu alma y la mía.
RESERVADOS LOS DERECHOS DE AUTOR:
MIRIAM RINCÓN URDANETA.