Me encantas cuando
te pones sobre tus rodillas
para tender la cama.
Me gustan tus senos
monstruos que amo
y que me miran
con desnudos ojos.
Me gustan las formas
de tu piel
Que Klimt nunca
pudo pintar.
Me ruboriza
la lascivia de tu boca
entreabierta
en un imaginario orgasmo.
Y es el amor
como un acto inacabado
y es la metáfora que queremos
que se repita
por los siglos de los siglos.
Suponiendo
que el tiempo exista.