Hoy quiero decirte: Te Quiero
porque hubo un tiempo
donde nuestros corazones
anudamos en las aguas de nuestras vidas
y así me gastaba dulcemente
besos en tu boca,
era todo una aventura
temblar,
abrir y cerrar los ojos.
Mis manos deambulaban,
vagabundos
en tu silueta niña esbelta
pero nunca fuí capáz
de cruzar la frontera de tu cintura
que separa el pecado de la inocencia.
Compañera
tú, me has visto
desbordar más de una lágrima.
Compañera
yo me emocionaba
al ver tu sonrisa volar a mí.
Hoy te recuerdo y me acuerdo
de los tantos “Te Quiero”
que en el viento colgabamos
y entraban por nuestros oidos
como luciernagas centellantes.
Hoy me acuerdo cuanto te quería,
y de las noches que me iba
con la lengua enrollada, mudo,
sin tan siquiera decirte: “Te Quiero”.