Eres el pájaro
herido,
el que tiembla
conmigo
cuando
en cada estación
vuela sin nido,
como las amapolas
que las destiñe
el frió,
asi se vuelve
el amor
desolado bajando
como un río,
por la ladera ancha
de la vida
entre desiertos
de olvido.
Pájaro herido,
de hambre,
sin besos
que llevarse
a la boca,
sin sueños
que llevarse
a los ojos,
sin manos ,
sin caricias,
un lesbiano
pajaro herido,
sin trecho
ni camino.
Herido
pero no
de sonrisas,
ni de labios
partidos,
ni de suspiros,
tan ni siquiera
de llanto
compartido,
un gorjeo
de lamentos
en su vuelo
reprimidos,
un trenzado
de palabras
de plumas,
son silencios
que el viento
de la muerte
siempre traza,
en cada preludio
de besos
cuando amanece
la mañana.
Mientras existes
el mundo
me desarma
cuando pone
tu voz
al despertar el alba
y escucho
sobre mi piel
tu eternidad
derramada.
Ana@ocaña