Solitario George
te has marchado
sin dejar más rastros que el recuerdo
de tu andar pausado
desde siempre has sido
y serás en la memoria
legendario.
Nada pudo hacer la ciencia
para perpetuar tu especie
tal vez Dios permita a Darwin
en otro paraíso que no sea Galápagos
acompañarte
los infinitos años.
¿Te veremos otra vez?
quizás como a un cometa
que surca el espacio cada siete décadas
y de cuando en cuando en la tierra
alguien esculpirá una piedra
con tu figura monolítica
desafiante al tiempo y al misterio
de lo que la vida encierra.
Un beso nuestro te acompañe
Solitario George
y nuestro llanto
culpable y desgarrado
por haber destruido tu planeta.