Siento en mi alma
un gran deseo...
de dormir esta noche
entre tus brazos,
deshojándome al calor
de tus caricias
y sentir tu pasión
cuando me besas.
Atesoro las horas
de mi anhelo,
que tendida en
mi lecho te espero
pero, ¡Que importa esperar!
si el fuego de tu cuerpo abrazador,
puedo en mi piel sentirlo que me quema.