TE PERDONO...
No digas que soy lo que no soy
Mírame a los ojos y responde:
¿Viste al malvado que se esconde
En traje de bueno y se disculpa?
Digo… no hay como la culpa
-Pretexto mayor no hay, lo juro-
Para decir: el bien es de los puros
¡Como si conocieras la pureza!
Ahora, el arma en mi cabeza
Y el susurro de un alma condenada
Responden a la mía, encadenada…
Olvídate, al fin, de tu belleza…
El arma apuntando tu cabeza,
Y la voz susurrándote al oído
Dicen presurosos:
¡No hay sentido!…
¡¿Acaso intentas convencernos?…
Malvados somos, y sabemos
Que el Dios nos tiene condenados!
¿Acaso no sabes, pequeñita?....
¡También el suicidio esta penado!
¿Por qué, muchachita, tu no temes?
¿Por qué nos estas interrogando?
¿Debería temer?, ¿Qué temería?...
¿Debería decir que tengo miedo?
Debería tal vez, pero no puedo…
Tu voz me viene silenciando
O tal vez…
Tal vez no tenga miedo
Y tal vez, sin miedo no haya culpas
Ni disculpas que dar, y los malvados
Sean mas que buenos disfrazados
Sean otra cosa, sean hombres
Tal vez, malvado tenga nombre
Así como los puros son nombrados.
Doncella…
¿Intentas convencernos
De que malos no somos, los malvados?
¿Intentas decir que somos buenos
Y por Dios no estamos condenados?
Si digo que yo pude perdonarlos…
Y Dios nunca falla en su justicia,
Y si en mi no vence tu malicia…
¡Es el opresor, el liberado!
Levántate, no eres condenado
¡Levántate y busca esa justicia!