No me gustó lo que descubrí…
Vi a una mujer canosa, vieja, gorda,
agrietada y deteriorada por la edad.
¿Serás, porque el espejo estaba roto?
Levanté parte, por parte de aquel espejo
que en vida fue enorme, luminoso.
Hoy sólo astillas quedaban de él.
Lo tenía en mis manos para darle forma,
pero era un rompecabezas, como lo ha sido mi vida.
Ninguna parte se unía,
estaba destrozado por los momentos
de amargura y tristeza vivida.
Así como este espejo
que en su momento fue esplendoroso,
también lo fue mi vida y al darme cuenta
que sólo pedazos quedaban de ella,
me sumergí en la más tormentosa
de las depresiones, pero surgió,
una tenue imagen que broto iluminado
mi oscuridad me susurró al oído.
─Repite siempre estas palabras
amiga del alma. (Sabes, la vida es corta y no
la podemos desperdiciar, valora cada momento de ella,
vívela y disfrútala porque no retoña.)
Ve bien en esos trozos.
¿Qué es lo que te muestran?
Y al verlo, vi que la felicidad aun llorando,
tenía alegrías, estaba vestida de dicha,
resplandecida por los años vividos,
se veía hermosa… Era mi reflejo
estaba centelleante, radiante
como la luz de un nuevo amanecer.
¡Gracias, amiga del alma!
Me demostraste la realidad de mi verdad.
Hoy, soy diferente, me quiero más, pues en cada
parte de ese espejo estaba el rostro de una mujer
triunfadora llena de vida, dispuesta a
renacer de las cenizas.
Dios me ha dado la vida, el poder tener
aunque lejanos a mis padres, hermanos,
sobrinos y la dicha de compartir a mis amistades.
Mi amor en esta Navidad sea de paz y esperanza
para todos, en espera, de que la vida nos sonría
en este año que está por llegar.
Y si nos vemos en el espejo...
Que no nos importe, que esté roto.
© Magali Aguilar Solorza
(Quiet Night)
Viernes/Agosto/15/2008 7:58 pm – Lunes/Noviembre/9/2009 4:42 pm
Mexicana
Publicado en la Revista Poética Azahar el Jueves, 30 de Marzo de 2023 a la 17:09