Mientras el mundo se deshace
tú y yo, sobrevivientes del odio,
nos refugiamos en los abrazos.
Mientras que los osos polares
no saben donde llevar su blancura de nieve,
tú y yo nos escondemos en los besos.
Mientras las raíces son desgarradas
y lo verde nunca más será,
tú y yo conspiramos
en el eterno vestigio del amor.