La fuerza del amor
Cuando la tarde agonice
y los rayos del sol se pierdan en el ocaso,
cuando las negras sombras de la noche
hayan cubierto el cielo!...
Yo observaré fijamente al horizonte
y otra vez pensaré en tí,
y soñaré nuevamente que algún día
tu y yo nos habremos de encontrar
y uniremos al fín nuestras vidas,
porque a pesar de la enorme distancia
que nos tiene físicamente separados,
nuestras almas en la lejanía se han unido
y están viviendo un intenso idilio,
y nada importa que azoten las tormentas
si la intensidad de este amor
con firmeza se mantendrá
y nada ni nadie lo destruirá.
y si al pasar el tiempo
nuestros ojos no alcanzan a mirarse,
y nuestros labios no logran por fin besarse
o no siento el calor de tus abrazos,
y nunca escucho el sonido de tu voz,
o si nunca logramos conocernos
y me quedo condenada a vivir en soledad,
nada habrá de importarme, porque tuve la dicha
de saber que en la vida tu amor pude disfrutar,
porque mi alma con la tuya están unidas
y no habrá ninguna fuerza que las pueda separar.