(Estelí, Agosto, 1985)
Esparcido en millones de asteroides,
de polvos intergalácticos en la profunda
oscuridad del vacío.
En una columna de nervios crispados
en el silencio, por el abismo.
La distancia se mide por la velocidad de la luz.
Aunque no lo creas, la velocidad de la luz
es más rápida que la velocidad con que te pienso.
Estoy tratando de aprender del espacio;
de su oscuridad y su silencio,
de su oscuridad y de su tiempo.
Quiero esparcir mi pensamiento en millones de asteroides,
para que algunos puedan alcanzarte.
Internar en la oscuridad del vacío
esta pena que tú no me conoces;
para que me recuerdes alegre,
como cuando mi mundo pertenecía a tu galaxia.
Quiero por fin llenar mi espacio,
con la inquietante presencia de tu ser.