Tu mirada se adentra en mis sentidos
Y anulan la visión de todos mis mundos,
Hipnotizas el aire que rodea los vientos,
Huracanes de hermosura, serán tus desnudos…
Eso piensa, el ángel poeta que viven en mí,
Serias un amor lleno de placer, y estasis
Dos mundos distintos y unidos en frenesí,
Dios mío, cuanto gozaría nuestro elixir…
Junto tu cuerpo al mío, desnudos en desenfreno
Haciendo el amor, viviendo el preciado sexo,
Delirios llenos de besos dulces en nuestro infierno, Yo diría que nuestro cielo, sería sólo un beso…
Tu amor y el mío unidos, en esta guerra de sexos,
El roce de tu piel y el mío, entraría en guerra,
Dentro de nuestros sentidos más limpios y lívidos
¿Qué estoy haciendo? Pienso dar, rienda suelta…
Y seguir mis instintos puros y llenos de deseo febril,
Cuando los almendros están en flor, allá por abril
Y se abren desnudando las almendras en frenesí
Turrones y cordiales y mil dulces salen de ahí…
Ya he perdido el norte, ya me comporto mal
Otra vez, dentro y fuera de mí Dios mío,
Ayudamos a caminar, para vivir en el umbral
De la ternura y el amor sin censura, del simio…
Y es que al verte mi dulce doncella, he perdido
La estela, de mil planetas y he subido a lo alto,
He visto el misterio, de nuestro Dios dormido,
Allá por donde las nubes descargan su llanto…
Entre miles de lluvias muy tenues y desbocadas,
He visto luceros cerca de la luna y el ardiente sol
Y al mismo tiempo he visitado a mis hadas,
musas divinas y muy humanas llenas de esplendor...
Vuela mi alma dormida, a los confines del amor
Y captura para mi cuerpo sentidos de pasión,
Cruzo la barrera del sonido, envuelto en calor
Y me quemo entre las brasas, de nuestra unión...
Modesto Ruiz Martínez/viernes, 11 de enero de 2013 Enviado desde mi iPad