han-jael

Ave IV

 

Si. Era tuya y fui feliz en mi disfrute,

recorriendo tus lunares,

embriagándome del perfume de tu piel

y embelesándome de tus tatuajes.

 

Tu recuerdo me hace volver a vivirte

y me rehúso a extrañarte.

Obtuve de ti lo que quise,

aunque volví de ti, insatisfecha.

 

Fui importante,

estoy segura,

por que al cerrar mis ojos

y ver tu imagen

en el fondo

puedo advertir que si me amaste.

 

Tus miradas, tus gestos,

tu lengua y tu saliva,

solícitos de mi boca

y de mi cuerpo,

la reciprocidad de tu deseo.

 

Y éramos salvajes,

devorándonos vivos,

como en brama, dos animales,

muriendo de placer tan extasiados.

 

Si, que no tienes memoria, me dices,

no voy a creer en tus embustes,

estoy segura de que fue importante.

Los besos, los poemas y las noches,

no te creo, Ave, que ya olvidaste.