Tal vez este día sea uno de esos aun grises,
pero el destello de un amor brilla a lo lejos
y es tan cerca el arrullo de su tierno calor
que el viento lo absorbe dulce, inmenso.
En la criatura que nace de un verso
y se torna belleza en todo su contexto,
que hasta las notas de una tierna canción
canta su color de antes, al azul del cielo.
La orilla de un rio simula su silueta
y en su busca a la mar lanzo su barca,
sin estrellas, ni luceros, ni imágenes abstractas;
solo con el aliento que a su latido agiganta.
Este día ha llegado a mi ventana
creyendo entristecer con pálida mirada,
y se da cuenta que en mi cielo interior todo lo aclara
la presencia de un amor tras la cima de mi alma.
Entonces mi gozo interior se refleja
en la parte superior de su grandeza,
ella es la prueba de la fuente que embelesa
mi ansia profunda que vuela fecunda...
A su isla, a ese océano, a su sol que ahora veo
que su playa cruza, caluroso y arropa su bello cuerpo,
radiante el brillo resplandece su piel de fuego
que me alcanza para iluminar este invernal cielo.
Este día cree que estoy solo como nunca
y lo asusta saber en cómo puedo
concebir en el rostro esto hermoso
que me inunda su amor, aunque este tan lejos.