RICARDO FELIPE

EL LOCO

...Ella me llamaba loco porque yo la pintaba en todas partes,
reía sólo por las calles,
sentía que tenía felicidad porque la veía cerca,
y porque fui constante en mis diálogos con los poetas del alma.

Ella me llamaba loco porque le dije que construí una casita en el centro del paraíso,
me llamaba loco, también, porque nombré a los lagos más transparentes con su nombre de pila,
y porque prometí escribir mil poemas, en prosas, que se contagiaran de ella
y cantar una canción desconocida.

Me llamaba loco porque yo la confundía con los pétalos de rosa,
y le decía que apagara la luz porque bastaba con su mirada para alumbrar mi porvenir,
me llamaba loco porque nunca le hablé de hastío,
porque, en realidad, hasta me hice amigo de las piedras que cercaban al riachuelo donde ella se bañaba,
porque cada mañana me veía sentado, agradeciéndole a Dios por éste extraño sentimiento.

Ella me llamaba loco porque pensó no merecerme,
porque le decía que se parecía a una princesa,
porque también la confundí con una perla,
porque una tarde descolorida, creí volar en busca de una estrella, para ella;
y porque me quedé dibujándole corazones en la arena de la luna que un día yo le regalé a su distancia...


©ricardo_felipe
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