Cuando apenas te levantas
en el silencio mañanero,
se escapan de tu garganta
esos primeros “Te quieros”.
Si veo el teléfono celular,
tus mensajes son certeros,
allí en forma especial
también están tus “Te quieros”.
Y si voy a la internet
algunas veces que puedo
apenas entro a la web
me consigo tus “Te quieros”.
Tus “Te quieros” me acompañan
en cada parte del día;
ellos son como las alas,
que me empujan por la vida.
Buscaré un buen cerrajero
que asegure mi baúl
para guardar los “Te quieros”
esos, que me das tú.
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